El filo de la eternidad: viajando con Sagan al final del tiempo
- Alberto Pisabarro

- 26 jun
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 1 jul
“Las estrellas nos llaman desde muy lejos. Y nosotros hemos comenzado a contestarles.”— Carl Sagan, Episodio 10: “El filo dela eternidad”
Puede que notes algo distinto en esta entrada. He cambiado ligeramente la estructura de las publicaciones para hacerlas más amenas y accesibles. Ahora trato de introducirte directamente en el contenido del episodio, y luego desarrollar los temas desde ahí. Esto me permite mantener la esencia de Cosmos —su mezcla de ciencia, filosofía y emoción— pero con un enfoque un poco más directo y narrativo.
Aun así, prometo no perder nunca esa mirada personal y humana que tanto nos inspira de Carl Sagan.
En este episodio, Carl Sagan nos lleva al extremo del tiempo. No hacia el pasado remoto, sino hacia el futuro más lejano concebible: el destino final del universo.
Desde el principio, el tono cambia. Ya no hablamos de la historia de la vida ni de los elementos que nos componen, sino de la duración del cosmos, de cómo todo lo que conocemos —estrellas, galaxias, átomos, incluso el tiempo mismo— podría tener un final. "El filo de la eternidad" plantea preguntas incómodas, pero necesarias: ¿tendrá el universo un fin? ¿O existirá para siempre?
Una historia sobre el futuro
Sagan comienza describiendo los modelos cosmológicos que la ciencia ha desarrollado para entender el destino del universo. Explica cómo el universo, desde el Big Bang, se expande constantemente. Pero, ¿seguirá expandiéndose para siempre? ¿O colapsará sobre sí mismo en un Big Crunch?
Con un estilo claro, Sagan presenta los tres posibles futuros del cosmos:
Un universo cerrado, que se contrae con el tiempo.
Uno abierto, que se expande eternamente.
O uno plano, que se acerca al equilibrio infinito.
Cada uno tiene implicaciones profundas, no solo para la física, sino para la idea misma de eternidad.
El papel de la materia y la energía

En Cosmos, Carl Sagan se inspira en Flatland—la novela de 1884 de Edwin A. Abbott—para explorar la naturaleza fascinante y contraintuitiva de las dimensiones. La historia presenta un mundo bidimensional habitado por seres geométricos incapaces de concebir la tercera dimensión, al igual que nosotros, seres tridimensionales, luchamos por visualizar una cuarta dimensión espacial. Sagan emplea esta analogía para mostrar cómo nuestra percepción está limitada por nuestra experiencia dimensional, aunque las matemáticas y la imaginación puedan ayudarnos a trascender esos límites. Al comparar al personaje de Flatland, "A. Square" (Cuadrado), con las barreras cognitivas de la humanidad, sugiere que dimensiones superiores—ya sea en la física (como el espaciotiempo) o en la metafísica—podrían albergar realidades más allá de nuestro entendimiento, esperando ser descubiertas mediante la curiosidad científica.

Un futuro sin nosotros
Uno de los momentos más impactantes del episodio es cuando Sagan contempla el hecho de que nuestra civilización —y quizás toda forma de vida— es efímera comparada con las escalas cósmicas. Aunque superáramos todos nuestros desafíos actuales y nos expandiéramos por la galaxia, la entropía avanzaría. Algún día, el universo se volverá un lugar inhóspito para la vida.
Y, sin embargo, no hay tristeza en su narración. Hay una serenidad basada en el conocimiento. Porque, como él mismo plantea, entender estos procesos es una forma de resistencia contra el olvido.
Curiosidades interesantes
El episodio introduce el concepto de tiempo profundo futuro, algo rara vez explorado fuera de la ciencia.
Sagan explica cómo, en un universo en expansión, las galaxias se alejarán tanto que el cielo nocturno se vaciará.
Se reflexiona sobre cómo una civilización avanzada podría intentar preservar conocimiento o sobrevivir en un cosmos en decadencia.
El episodio incluye referencias a las teorías de la relatividad, la entropía y la cosmología cuántica.

Temas clave del episodio:
Modelos cosmológicos sobre el futuro del universo.
La expansión cósmica y su relación con la materia oscura.
La segunda ley de la termodinámica y el fin de la energía útil.
Escalas temporales más allá de la vida estelar.
La búsqueda de sentido en un universo con final posible.
Reflexión final
"El filo de la eternidad" no busca alarmar, sino poner nuestra existencia en perspectiva. Que el universo tenga un fin no le resta valor a nuestra vida; al contrario, la hace más significativa. Saber que estamos aquí, en este breve instante luminoso entre la creación y la disolución, es un recordatorio de lo raro y precioso que es ser conscientes del universo… antes de que el universo siga su curso sin nosotros.
Porque, como Sagan sugiere, incluso si todo termina, el hecho de que una parte del cosmos llegó a conocerse a sí misma, aunque sea por poco tiempo, ya es una forma de eternidad.
Nos veremos en el episodio 11 de Cosmos, “La persistencia de la memoria”, donde Carl Sagan nos invita a explorar el mayor tesoro del universo: la información que perdura en el tiempo. No viajamos al borde del cosmos ni al nacimiento de las estrellas, sino a los archivos vivos que guardan la historia de la vida: el ADN, los cerebros y las bibliotecas que hemos levantado para luchar contra el olvido.



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