Explorar el tiempo, habitar el espacio: La odisea cósmica de Carl Sagan
- Alberto Pisabarro

- 12 jun
- 4 Min. de lectura
“El Cosmos es todo lo que es, todo lo que ha sido y todo lo que será."
Hay ideas que, por sí solas, pueden alterar profundamente nuestra percepción del mundo. Una de ellas es la posibilidad del viaje en el tiempo. No como una fantasía literaria, o montados en un Delorean DMC-12, sino como una implicación real de las leyes de la física moderna.

En el episodio 8 de Cosmos, Viajes a través del espacio y el tiempo, Carl Sagan examina esta idea desde una perspectiva científica, guiándonos a través de conceptos clave como la velocidad de la luz, la relatividad y el paso del tiempo en condiciones extremas.
El episodio se abre con un recordatorio importante: el cielo que observamos no es fijo. Las estrellas se desplazan a través de la galaxia siguiendo trayectorias individuales que pueden durar millones de años. Desde nuestro punto de vista, parecen fijas, pero si pudiéramos observar el cielo acelerando el tiempo, notaríamos cómo las constelaciones cambian, se deforman y desaparecen. Esta transformación silenciosa es una forma natural de viajar en el tiempo: mirando hacia atrás, a través de la luz que llega desde lugares cada vez más lejanos.
En lo personal, siempre he sentido que la astrofotografía es una manera de experimentar ese viaje. Cada fotografía del cielo que obtengo es un viaje al pasado: una luz que ha tardado años, siglos o incluso milenios en llegar hasta nosotros. Es una forma de contemplar directamente la historia del universo, y quizás por eso me apasiona tanto. con cada imagen que obtengo, es posible conectar con esa escala temporal que supera nuestra vida cotidiana y nos recuerda que todo está en movimiento.

Sagan plantea una pregunta que ha sido recurrente en la historia del pensamiento: ¿qué sucedería si pudiéramos escapar de nuestro tiempo? ¿Podríamos ver cómo era la Tierra en el pasado remoto, o anticipar su futuro? El episodio explica cómo, bajo ciertas condiciones físicas, especialmente al viajar a velocidades cercanas a la de la luz, el tiempo transcurre de forma diferente para el viajero en comparación con quienes permanecen en reposo. Es la dilatación temporal prevista por la teoría de la relatividad.
Utilizando ejemplos sencillos y visuales, Sagan describe cómo un astronauta que viajara a una fracción significativa de la velocidad de la luz podría experimentar unos pocos años de viaje, mientras que en la Tierra habrían pasado siglos. Este fenómeno no es solo una curiosidad teórica: es una consecuencia directa y comprobada del funcionamiento del universo.
Uno de los conceptos más interesantes que se presentan es la posibilidad de que una civilización suficientemente avanzada pueda construir estructuras capaces de soportar viajes interestelares a muy largo plazo: naves generacionales. Estas serían auténticos mundos en miniatura, autosuficientes, con poblaciones enteras viviendo y reproduciéndose durante miles de años, en una travesía hacia otro sistema estelar. Es una idea que obliga a considerar el futuro de la humanidad desde una perspectiva de muy largo plazo, y plantea cuestiones técnicas, éticas y culturales.
Más que especular sobre escenarios improbables, el episodio muestra cómo estas posibilidades están respaldadas por leyes físicas reales, aunque los desafíos tecnológicos actuales hagan que, por ahora, permanezcan fuera de nuestro alcance.

Curiosidades interesantes
Movimiento estelar a largo plazo: Aunque las estrellas parecen fijas en el cielo nocturno, se mueven a través de la galaxia a lo largo de millones de años. Si se pudiera acelerar el tiempo, las constelaciones que hoy reconocemos cambiarían completamente de forma o desaparecerían.
La dilatación temporal es un fenómeno real: Experimentos con relojes atómicos en aviones y satélites han demostrado que el tiempo efectivamente transcurre más lento para objetos en movimiento rápido o en campos gravitatorios intensos, tal como predijo Einstein.
Naves generacionales: La idea de una nave en la que varias generaciones de humanos vivan y mueran durante un viaje interestelar, aunque todavía puramente teórica, ha sido considerada seriamente en discusiones sobre colonización espacial futura.
El viaje más lejano que podríamos realizar: Si quisiéramos visitar incluso las estrellas más cercanas, como Alfa Centauri, con la tecnología actual nos llevaría decenas de miles de años. El episodio recalca la escala del desafío que representa el viaje interestelar.
Simetría en las leyes físicas: Uno de los principios más profundos de la física moderna es que las leyes del universo parecen ser las mismas en todos los lugares y tiempos. Esto da fundamento a la idea de que podríamos hacer predicciones sobre el pasado y el futuro del cosmos con base en observaciones actuales.

Temas clave del episodio
La relatividad del tiempo: Cómo la velocidad y la gravedad afectan el paso del tiempo y qué implicaciones tiene esto para el viaje espacial.
Movimiento de las estrellas y evolución del cielo nocturno: Un recordatorio de que incluso el cielo cambia con el tiempo, aunque estos cambios no sean perceptibles en una escala humana.
Viajes interestelares a largo plazo: La posibilidad de que civilizaciones tecnológicamente avanzadas puedan intentar colonizar otros sistemas solares usando naves autosuficientes.
Escala cósmica del tiempo: Comprender el universo implica cambiar nuestra intuición sobre el tiempo y adoptar escalas de millones o miles de millones de años.
El futuro de la humanidad más allá de la Tierra: Una reflexión sobre qué necesitaría una civilización para asegurar su supervivencia en el largo plazo.
Al final, Viajes a través del espacio y el tiempo no es solo un episodio sobre ciencia avanzada. Es una carta de amor a la imaginación científica. A esa capacidad nuestra de preguntarnos: ¿y si…?
Porque, como nos recuerda Sagan, quizá los viajes más largos no sean los que medimos en kilómetros, sino los que nos obligan a imaginar otros futuros posibles.
Nos vemos la próxima semana. En el siguiente episodio, Las vidas de las estrellas, Carl Sagan nos hablará del nacimiento, la evolución y la muerte de esos soles que iluminan la noche. Porque el universo no solo se mueve: también vive.



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